TOC de Escrupulosidad Moral: Distorsiones Cognitivas

La Escrupulosidad es un subtipo de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) centrado en el perfeccionismo religioso o moral. Este artículo se centra exclusivamente en identificar y afrontar las distorsiones cognitivas más comunes que se ven en la “Escrupulosidad Moral”.

Artículo original: Moral Scrupulosity in OCD: Cognitive Distortions by Kevin Foss, MFT y Tom Corboy, MFT. Traducción: planetocd.org. Revisión: Yann Lana, TOC Zaragoza

Pie de foto: Aquellos que luchan con el TOC de escrupulosidad moral pueden aprender a desafiar su pensamiento distorsionado.

La escrupulosidad religiosa se describe fácilmente como un patrón de pensamientos intrusivos y no deseados relacionados con las creencias religiosas de uno mismo. Estos pensamientos no deseados son contrarios a la fe de quien los sufre y los llevan a realizar comportamientos compulsivos en un intento de anular o extinguir la ansiedad que experimentan relacionada con estos pensamientos.

Por el contrario, las obsesiones experimentadas en la escrupulosidad “moral” no se centran en cuestiones de fe, sino más bien en el sentido personal de la moral y la ética. Aquellos que sufren de escrupulosidad moral experimentan pensamientos, sentimientos y conductas comunes que malinterpretan como evidencia de que son éticamente incorrectos o faltos de moralidad. Al igual que con todos los subtipos de trastorno obsesivo compulsivo (TOC), las personas con escrupulosidad moral buscan alivio de su ansiedad a través de conductas compulsivas y evitativas en un esfuerzo por asegurarse de que sus miedos obsesivos no se hagan realidad. En otras palabras, realizan conductas compulsivas que esperan que prevengan o eliminen la sensación de que puedan ser una “mala” persona.

La escrupulosidad moral presenta desafíos únicos que hacen que el tratamiento sea más ambiguo y difícil en comparación con la escrupulosidad religiosa. Por ejemplo, las religiones tienen ciertas reglas definidas para las creencias y los comportamientos correctos que pueden verificarse a través de las escrituras o consultando con ciertas figuras de autoridad (sacerdotes, rabinos, imanes, etc.). Por el contrario, en la escrupulosidad moral, no existen definiciones objetivas y fijas de “bueno” y “malo”, o “correcto” e “incorrecto”. Ante la duda, las personas con escrupulosidad moral no tienen un texto religioso específico o una autoridad eclesiástica a quien acudir en busca de consejo. Su sistema de creencias personal, su “brújula moral”, generalmente no se basa en escrituras religiosas u ortodoxas, sino que se ha desarrollado con el tiempo a través de su educación y su experiencia. Por lo tanto, para aquellos con escrupulosidad moral, determinar con precisión qué es “correcto” o “incorrecto” puede ser exponencialmente más difícil. Al mismo tiempo, quienes sufren escrupulosidad moral a menudo tienen una creencia rígida y perfeccionista de que deben adherirse estrictamente a su código moral personal en todos los asuntos, independientemente de la situación o el contexto. El no hacerlo a menudo se considera inaceptable, sin importar cuán leve sea el “pecado”.

Distorsiones cognitivas en la escrupulosidad moral

Como ocurre con todas las formas de TOC, el tratamiento más eficaz para la escrupulosidad moral es la terapia cognitivo-conductual (TCC) . El principal componente de la teoría cognitiva de la TCC es que las creencias irracionales (conocidas como distorsiones cognitivas ) influyen en los sentimientos y comportamientos posteriores. La herramienta principal utilizada para corregir estas creencias erróneas es la reestructuración cognitiva , que ayuda al paciente a obtener una perspectiva más realista de tres maneras:

  1. Desarrollando la comprensión del paciente de sus patrones de pensamiento obsesivos.
  2. Identificando cómo sus pensamientos obsesivos están distorsionados y son poco realistas.
  3. Desafiando estas distorsiones cognitivas con pensamientos más racionales y realistas.

Algunos ejemplos de distorsiones cognitivas comúnmente experimentadas por aquellos con escrupulosidad moral son:

Pensamiento de todo o nada (pensamiento en blanco y negro)

  • “Es posible que ayer haya escuchado a alguien hablar de una parte del examen, así que seré un tramposo si contesto cualquiera de esas preguntas”.
  • “Si accidentalmente declaro 100€ menos en el impuesto sobre la renta, estoy cometiendo un fraude fiscal importante”.

Desechar / Minimizar lo positivo

  • “No importa que a menudo dé dinero a las personas sin hogar, soy una mala persona porque hoy no le di dinero a un indigente”.
  • “Soy una persona horrible porque no preparé como siempre la presentación de mi equipo en el trabajo”.

Razonamiento emocional

  • “Soy una mala esposa porque me fijé en otro hombre atractivo”.
  • “Sería realmente cruel e imperdonable si le hiciera a mi compañera de clase una crítica sobre su trabajo”.

Debería / Debo pensar (perfeccionismo)

  • “Debo decir siempre la verdad, pase lo que pase, porque es lo correcto”.
  • “Nunca debería conducir por encima del límite de velocidad, pase lo que pase”.

Hiper-responsabilidad

  • “Si no le recuerdo a mi esposa que se ponga el cinturón de seguridad, estará violando la ley y será mi culpa”.
  • “No puedo ver la película Free Willy porque significará que estoy apoyando el maltrato a las orcas”.

El objetivo de la reestructuración cognitiva es desafiar y reemplazar las creencias irracionales basadas en el miedo con pensamientos más razonables, realistas y objetivos. Por ejemplo, uno puede desafiar la creencia de que nunca debe ver atractivo a nadie más que a su cónyuge, con un pensamiento más realista de que es normal encontrar atractivas a otras personas, y que lo que realmente importa es lo que uno elige hacer en respuesta a esos sentimientos. Del mismo modo, uno puede desafiar la idea de que es un tramposo porque escuchó a otros estudiantes hablar del examen, recordándose a sí mismo que estudió mucho y que ya sabía las respuestas a las preguntas que estaban en el examen.

Vale la pena señalar que el proceso de reestructuración cognitiva tiene el potencial de convertirse en una compulsión en sí misma. Al desafiar su pensamiento distorsionado, es importante que no revise compulsivamente sus pensamientos obsesivos o sus desafíos cognitivos a esos pensamientos. El objetivo es darse cuenta rápidamente si un pensamiento está realmente distorsionado y, de ser así, desafiarlo con un pensamiento más equilibrado. Si se encuentra evaluando repetidamente si su desafío cognitivo es “bueno” o “malo”, es una señal inequívoca que está utilizando inadvertidamente la reestructuración cognitiva como una compulsión.

En última instancia, el objetivo a largo plazo de la reestructuración cognitiva es dejar de creer a ciegas los pensamientos irracionales que se presentan en su mente y, en cambio, desarrollar una pauta para desafiarlos. Con un esfuerzo consciente, el estado predeterminado de su mente cambiará de creerse incondicionalmente los pensamientos distorsionados, a una forma de pensar más realista basada en la razón en lugar del miedo.

Desafíos comunes en la reestructuración cognitiva para la escrupulosidad moral

Por supuesto, este proceso no es tan simple como parece. A la mente humana le encanta crear escenarios catastrofistas, y es probable que requiera un esfuerzo reiterado a lo largo del tiempo para cambiar las pautas de pensamiento establecidas. Además, la realidad no es tan lógica como parece. Tome el ejemplo de conducir no más allá del límite de velocidad. La mayoría de la gente estaría de acuerdo con que, como parte de ser miembro responsable de una sociedad, generalmente es una buena idea seguir las normas de circulación. Y si no lo hace, puede recibir una multa por exceso de velocidad con un importe considerable o, peor aún, tener un accidente.

Sin embargo, en algunas situaciones puede ser recomendable infringir la ley e ir por encima del límite de velocidad, véase un recorrido al hospital por una emergencia o algún otro escenario que ponga en peligro su vida; conducir más rápido del límite de velocidad permitido puede ser una cuestión de vida o muerte.

Estas excepciones a la regla ilustran la naturaleza de la “zona gris” en la vida real. En pocas palabras, hay algunas situaciones en las que se prefiere, o incluso es necesario, no ser del todo “bueno” o “correcto”. También vale la pena señalar que llevar la lógica y la razón a la emoción no siempre puede cambiar un sentimiento; trate de razonar la manera de entrar o salir de una relación sentimental. Ahora imagine la dificultad de desafiar un pensamiento para el que no existen leyes definidas, como ser honesto con su cónyuge, o mostrar responsabilidad ante los demás.

Dada la ambigüedad inherente de tratar de “vivir correctamente”, desafiando las distorsiones cognitivas sólo se logrará gestionar la escrupulosidad moral hasta cierto punto. Como se señaló anteriormente, a diferencia de la escrupulosidad religiosa, el comportamiento moral no tiene una doctrina estándar para la conducta o la creencia. Por ejemplo, una creencia común es “está mal matar a otra persona”. Pero en el caso de una guerra o en defensa propia puede ser necesario. Asimismo, la mayoría de la gente cree que robar está mal. Pero si su familia se muere de hambre, robar puede ser la opción más noble posible.

La ambigüedad moral más común a la que se enfrentan muchas personas en Estados Unidos es la cuestión de “dar propina” por los servicios prestados. Según los estándares estadounidenses, la mayoría de la gente considera que dar propina es algo “bueno”. Sin embargo, no existe una regla estricta sobre la cantidad de propina que se debe dar: ¿10%, 15%, 20%? Si le pregunta a diez personas, es probable que obtenga diez opiniones diferentes, incluidas las variaciones según el tipo de servicio que se presta y lo bien que se prestó el servicio.

Pero una persona que sufre de escrupulosidad moral puede estar obsesivamente preocupada por cuánta propina dar y por los criterios con los que se toma esa decisión. Su creencia es que deben de dejar la cantidad “correcta” de propina. Es un imperativo moral. Además, su ansiedad puede verse agravada por su miedo exagerado de dañar a la persona que presta el servicio: “¿y si el camarero no puede pagar su alquiler porque no le he dado suficiente propina?”. Toda esta preocupación por un gesto que objetivamente es opcional.

El papel de los valores en la reestructuración cognitiva para la escrupulosidad moral

El manejo efectivo de la escrupulosidad moral se reduce en última instancia a tomar decisiones basadas en los valores que a uno le motivan. En resumen, ¿sus conductas se realizan porque prefiere actuar de cierta manera y prefiere cierto resultado, o porque está tratando de evitar sentimientos de angustia y ansiedad relacionados con sus miedos irracionales? Para las personas que se encuentran con el sufrimiento de la escrupulosidad moral, las decisiones cotidianas simples a menudo se basan no en la elección, sino en el miedo. ¿Da una propina del 20% porque le hace sentir bien apoyar el arduo trabajo de los demás, o porque dar menos propina resultaría en sentirse culpable, ansioso o temeroso? Dado que no existe un estándar firme, parece razonable que uno deba actuar de acuerdo con sus valores verdaderos, mientras acepta la consecuencia inherente de mantener esos valores (sentirse culpable a corto plazo o preocuparse de que otros puedan pensar que es un tacaño).

Para dirigir sus elecciones según sus valores, primero debe evaluar tanto la acción prevista como las consecuencias percibidas de las elecciones alternativas. Si sufre de escrupulosidad moral, considere hacerse estas preguntas cuando se enfrente a una situación en la que esté experimentando ambigüedad moral:

  • ¿Qué dice mi TOC que sucederá si no hago mi compulsión?
  • ¿Cuál ha sido el resultado en situaciones anteriores en las que he experimentado esta preocupación moral?
  • Objetivamente, ¿cuál es realmente el resultado más probable?
  • ¿Qué temo que dirán sobre mi persona si hago algo diferente?
  • ¿Quién o qué sufre si hago mi elección basada en mi terrible obsesión?
  • ¿Qué otras opciones posibles puedo hacer en esta situación?
  • ¿Qué pasa con mi elección que realmente me importa y quiero en mi vida?
  • ¿Mi elección en esta situación se basa en mis verdaderos valores o en mi miedo a experimentar ansiedad o incomodidad?
  • ¿Qué podría ganar eligiendo mi acción basada en mis verdaderos valores y no en el miedo?

El uso de estas preguntas para evaluar un pensamiento basado en el miedo, puede ayudarlo a decidir si ese pensamiento es una distorsión cognitiva. Y si la conducta planteada y su resultado no se alinean con los objetivos y valores de su vida, puede optar por tolerar la ansiedad que aparece al experimentar su pensamiento distorsionado e irracional. La alternativa de orientar su vida con el objetivo de evitar la ansiedad, generalmente conducirá a un abandono de la vida que realmente desea.

Integrando la reestructuración cognitiva, los valores y el cambio de comportamiento

Tomar el control de sus conductas puede ser emocionalmente difícil, especialmente cuando lo que ha estado haciendo “hace sentirse bien” (incluso si le cuesta tiempo, dinero, energía o relaciones). El objetivo final del tratamiento de la escrupulosidad moral es aceptar y tolerar la incomodidad temporal para obtener la libertad consiguiente actuando de acuerdo con sus verdaderos objetivos y valores. La decisión de hacer algo diferente depende completamente de usted y estará motivada por su evaluación de los costos de evitar la ansiedad frente a los beneficios de ir contra sus miedos al tomar decisiones valientes y valiosas personalmente.

Si determina que sus respuestas conductuales a sus pensamientos irracionales no están en línea con sus valores y su personalidad, el siguiente paso es comenzar a entrenar para desafiar y cambiar progresivamente sus acciones en respuesta a sus miedos. El mejor enfoque para esto es una técnica de la TCC llamada Exposición y Prevención de Respuesta (EPR), que es el método más eficaz para promover tanto la tolerancia a las emociones irracionales de ansiedad como una reducción a largo plazo de la angustia. La EPR para la escrupulosidad se discutirá con mayor detalle en otro artículo. Mientras tanto, si sufre de escrupulosidad moral, recuerde que su ansiedad excesiva es una respuesta exagerada a pensamientos irracionales y temidos. El camino hacia la libertad es desafiar estos pensamientos, aceptar la incomodidad a corto plazo, resistirse a ceder a comportamientos compulsivos y actuar de acuerdo con sus verdaderos valores y objetivos.