Senderismo por el Río Gallego, 15 diciembre

Nuestra ruta esta vez comenzó a las 10 de la mañana con un termo de café caliente para ir preparando motores, en el Azud del Ebro (en la pasarela Manuel Lorenzo Pardo). Una ruta que realizamos por la margen izquierda alrededor del Río Gallego. Planificamos 10 km en total de ida y vuelta, pero mi reloj nos chivó que en realidad fueron 14 km de media, y es que, supongo que, entre disfrutar de la naturaleza y las conversaciones con amigos, andamos un poco más de lo previsto.

Hicimos un alto a mitad de camino en unos bancos al sol, antes de volver hacia el azud, para almorzar y beber un poco de agua. La ruta fue maravillosa, había poca gente por lo que es un lugar tranquilo por el que pasear. El clima a pesar de ser frío, el solecito nos calentaba y entre árboles nos resguardábamos. Por supuesto, acabamos nuestra ruta con un buen almuerzo.

Lo que parecía que iba a ser una mañana más y que íbamos a pasar mucho frío, ha resultado ser la mejor andada que llevamos desde que empezó la temporada. Yo tuve esa sensación y me consta que mis compañeros también. Y es que, esto nos enseña la paradoja de la vida, que cuando dejamos el intento de control a un lado, la perfección surge por sí misma. La vida al igual que nuestros pasos por el camino se autodirige, y esto debe ser lo que dicen que es fluir… Tal vez, la perfección no se encuentra en el exceso de control, sino en la capacidad de adaptarnos y disfrutar del momento presente.

Nos vemos en la siguiente andada de enero, hemos pensado en ir al Galacho de Juslibol. ¡Anímate!

Reseña escrita por Sara Bernal, voluntaria de TOC Zaragoza