Arrancamos el domingo 12 de enero con una ruta circular planificada por el Galacho de Juslibol. Como curiosidad llamamos “galacho» a un meandro abandonado del río, y el de Juslibol se formó en 1961, tras la mayor inundación del Ebro en el siglo XX.

Quedamos a las 10 h de la mañana en la puerta de la iglesia de Juslibol; de nuevo, como en la anterior andada de diciembre, volvimos a arrancar motores con un termo de café calentito, pues el frío ya empieza a ser un compañero más en nuestras andadas.

Emprendimos nuestra ruta de casi 8 kilómetros por la belleza y singularidad que caracteriza al Galacho de Juslibol, entre naturaleza, árboles y escarpes. A mitad de camino, en nuestra supuesta circular, encontramos que la senda empezaba a ponerse complicada y es que, empezábamos a pisar barro, llegando a un punto en que decidimos hacer una “lineal” y volver por donde habíamos empezado. De vuelta hicimos una parada al sol para reponer fuerzas con un pequeño almuerzo.

La vida nos muestra la importancia de encontrar equilibrio entre la planificación y la flexibilidad. Si bien es valioso establecer objetivos y trazar un camino, es igualmente esencial reconocer que la vida nos presenta imprevistos que requieren adaptación. Si cultivamos esta habilidad viviremos con autenticad, con esa esencia tan maravillosa de control que nos caracteriza, potenciando así lo que somos, pero viviendo en paz y en armonía.

Nos vemos en la siguiente andada de febrero. ¡Anímate!

Reseña escrita por Sara Bernal, voluntaria de TOC Zaragoza