Senderismo por la estepa zaragozana, 9 de febrero

Los andarines, en marcha de nuevo, partiendo esta vez desde el Ikea (Puerto Venecia). Comenzamos a las 10 de la mañana y como ya viene siendo tradición empezamos con nuestro termo de café calentito; esta vez, café de Nutella para los más «lamineros».

Por la estepa zaragozana comenzamos a caminar con nuestro objetivo claro en mente: alcanzar la cima del Cabezo de las Zorras, situado a 400 m de altitud máxima, con un desnivel positivo de 140 m. Estuvimos “picando» hacia arriba progresivamente desde casi el inicio del camino, pero conforme nos acercábamos a la subida final, el camino nos sorprendió con subidas, trialeras y rocas. Una circular de 8 km, nada complicada, pero con una sensación de reto, de diversión y entretenimiento muy placenteros.

Hicimos una parada una vez llegamos al Cabezo y, aunque la estepa zaragozana no nos regala mucha vegetación, las vistas, sin lugar a dudas, compensaron todo el esfuerzo. Un día sin niebla, sin viento, con sol y unas vistas de todo Zaragoza que hicieron muy especial este senderismo de febrero.

Volvimos haciendo una circular y mientras tanto, paso tras paso, me era inevitable pensar: lo que parecía que iba a ser una ruta algo fea y «seca» por su escasa vegetación, nos ha regalado unas vistas maravillosas. Me preguntaba si esto podríamos extrapolarlo a otras áreas, y es que, a veces dejamos de hacer actividades o no nos exponemos a nuestro mayor miedo, sólo porque aparentemente es algo «rocoso» y que no nos va a reportar nada bueno, pero si nos atrevemos a tomar acción, podemos sorprendernos de cuántos beneficios estaban ocultos en ello, esperándonos con los brazos abiertos.

Nos vemos en la siguiente andada. ¡Anímate, merece la pena, te lo prometo!

Reseña redactada por Sara Bernal, voluntaria de TOC Zaragoza